Ayuda para plantarle cara los RESFRIADOS
Evita GOLPE DE CALOR de tu bebé
¿Se puede dar protección solar a los bebés?
Hasta los tres años los niños tienen el sistema de defensa cutáneo inmaduro, lo cual hace que sean muy vulnerables frente al sol; por lo tanto, está fuertemente desaconsejado exponerlos directamente al sol.
Sin embargo, si no puedes evitar llevar a tu bebé a un lugar soleado, debes tomar todas las precauciones necesarias para proteger su delicada piel del sol
Una protección solar adaptada, con productos formulados y desarrollados específicamente para poder ser usados desde el nacimiento, es incluso necesaria. Los solares específicos pediátricos de farmacia, pueden usarse desde el nacimiento, sobre todo cuando se va de paseo, para proteger la cara, manos y las zonas descubiertas, incluso a la sombra o en el cochecito, siempre siguiendo las recomendaciones de exposición al sol para niños y evitando exponer al sol directamente (especialmente entre las 11 horas y las 16 horas).
Además, a los niños menores de 3 años, hay que darles de beber regularmente, aplicar el protector solar 10 minutos antes de la exposición para que dé tiempo a formar una barrera protectora más eficaz e hidratar la piel de tu hijo al final del día usando un producto post-solar específico para bebés y niños.
Además, de aplicar un protector solar específico para bebés y niños, hay que completar la protección con una camiseta que filtre bien la radiación UV, un sombrero o gorra de ala ancha y gafas de sol adecuadas (norma CE, categoría UV3 o 4, con montura ancha o en forma de máscara).
Hay que aplicar el protector solar incluso en días nublados. Las nubes pueden atenuar la sensación de calor pero no filtran los rayos UV. En cuanto a los filtros, son filtros físicos y organominerales, sometidos a test de inocuidad y eficacia para garantizar la máxima seguridad en bebés y niños. Además están testados en pieles atópicas.
Por ello te recomendamos que siempre utilices productos de calidad farmaceutica para el cuidado de su piel, con el sol no te la juegues.
Piel ATÓPICAS en BEBÉS
La piel es la barrera que impide la entrada de los organismos externos a nuestro cuerpo. En el caso de los recién nacidos este órgano es más sensible ya que el bebé viene de un entorno húmedo y acaba en uno seco, por lo que tiene que pasar por un proceso de climatización.
En ocasiones la piel sufre una alteración genética que provoca que surja la atopia. Con la piel atópica el bebé necesita una mayor hidratación, más grasa. Los productos emolientes ayudan a reponer los lípidos y a reestablecer la barrera cutánea de la piel, los factores que intervienen en la aparición y el desarrollo de la piel atópica son muchos y muy diferentes, por lo que es fundamental conocerlos y tener en cuenta si hay antecedentes familiares de atopia y alergia
Causas externas modificables
Existen algunos signos que pueden ayudar a los padres a detectar que pueden estar un caso de piel atópica como la existencia de prurito, picor o irritabilidad en los lactantes. Además, también pueden aparecer alteraciones del sueño. La razón es que el calor de la cuna aumenta el picor de los recién nacidos.
La alimentación del niño y de la madre también son muy importantes
Otros factores a tener en cuenta son los externos, como el clima seco (en verano la piel atópica mejora, especialmente si hay baños en agua de mar).
Elegir bien la ropa también es determinante: ayuda a evitar las irritaciones. De hecho, los bebés con piel atópica no toleran ciertas prendas como la lana y la lanolina. Siempre hay que utilizar algodón, seda y fibras naturales. Además, hay que lavar las prendas con jabón neutro y no utilizar suavizante.
El cloro de las piscinas puede dañar la piel al igual que las aguas muy calinizadas, aunque esto no se aplica a todos los bebés y en algunos casos la piel mejora.
En tu Farmacia cuentas con productos específicos para el cuidado de las pieles atópicas de tu bebé
Primer paseo con mi BEBÉ
¿Cuándo puedo salir con mi recién nacido de paseo?
Los primeros dientes de nuestro bebé
La salida de los primeros dientes del bebé suele ser un quebradero de cabeza para los padres. En primer lugar, porque el niño se muestra irritable e incómodo y suele llorar sin que haya nada que le calme. El problema es que ésta es la única manera en que el niño puede comunicar que le pasa algo y puede obedecer a muchas otras razones.
Asimismo, hay otros síntomas que se asocian a la erupción de los dientes en las encías y que pueden deberse también a otras causas, como no querer comer, no dormir o despertarse a menudo llorando. Todo ello no hace más que causar la intranquilidad y la angustia de los padres, sobre todo si son primerizos y no son capaces de averiguar los signos inequívocos de que el problema radica en un diente que está erupcionando.
La erupción de los dientes produce dolor de encías en el bebé, por lo que es lógico que llore y se comporte con irritabilidad. Pero lo que realmente pone sobre la pista de la salida de los dientes es la salivación excesiva, el babeo que se produce por esta razón. Otro signo inequívoco es que los muerde todo, hasta el punto de que se lleva continuamente las manos a la boca, ejerciendo presión sobre la encía, aliviando temporalmente al bebé.
Estos dos signos son suficientes para que los padres exploren las encías del bebé y comprueben si éstas están enrojecidas o inflamadas o si se puede apreciar un pequeño punto blanco y duro en la parte superior de la misma. Todo ello permitirá confirmar que se trata de un diente que está erupcionando y va a salir.
En tu farmacia cuentas con productos que ayudan a hacer esta etapa más llevadera, consulta a tu farmacéutico estaremos encantados de acompañarte en esta etapa a ti y a tu bebé.
¡Empieza la guardería! ¡Prepárate!
Cuando llevamos al niño a la guarde por primera vez, es normal que nuestro bebé sienta angustia al separarse de papá y mamá por primera vez y que nosotros tengamos la sensación de abandonar a nuestro pequeño. Sin embargo, hay que cambiar de esa idea y ayudar a nuestro hijo a adaptarse lo mejor posible.
Los peques pasan de compartir su vida solo con las personas de su familia a ir a un sitio desconocido con niños desconocidos y adultos que no han visto nuca. Y, además, tienen unas rutinas que no son las suyas y unas normas que no conocen.
Es normal que ante todos estos cambios los peques necesiten un periodo de adaptación para acostumbrarse a la escuela infantil.
Hemos preparado esta imagen con todo lo que tu bebé va a necesitar para la guarde. Prepara su mochila con mimo y no olvides ningún detalle.
- Es importante que el peque se sienta seguro y eso debemos transmitírselo nosotros.
- Cuéntale cómo será. Unos días antes de ir a la guarde por primera vez explícale a tu hijo cómo va a ser la escuela infantil y qué actividades hará.
- Unos días antes empieza a cambiar los horarios para que el primer día en la escuela infantil no suponga un cambio tan drástico.
- Explícale a los cuidadores de tu hijo sus necesidades y hábitos. Es muy importante tener una comunicación fluida con los profesionales que se encargarán de cuidar al niño.
- Lleva al niño a visitar su guarde y explícale que es un lugar donde conocerá a nuevos niños, aprenderá y se lo pasará muy bien. ¡Evita cualquier frase negativa relacionada con la guardería!
Cuidados básicos de la piel de tu bebé
El bebé tiene la piel muy sensible y para cuidarla bien hay que extremar los cuidados. En el baño, el cambio de pañal y la ropita tendremos que poner atención, sin obsesionarnos, simplemente teniendo algunas precauciones en el trato, la limpieza y la elección de los materiales.
El baño
Es muy importante tener en cuenta algunas consideraciones generales sobre el baño. Primero, contar con el baño, los primeros meses, es muy relajante cuando se acostumbran a él, pero al principio puede resultarles molesto. Bañar al bebé a diario no es obligado, aunque cuando se mancha de heces, se queda con el pañal mojado o suda es una buena manera de mantenerlo limpio y evitar irritaciones.
La temperatura del agua es lo primero que debemos cuidar, ni fría ni caliente, sino a la temperatura de su cuerpo. Es habitual tocar el agua con el codo o con la parte interna de la muñeca, que son especialmente sensibles a la temperatura, pero es mejor usar un termómetro de bañera para evitar errores. Y siempre, siempre, confirmar que el agua está a la temperatura adecuada antes de sumergir al pequeño.
Para el recién nacido basta un baño de cinco minutos, incluso menos, para evitar que la piel se reseque o que se vaya a enfriar mientras lo bañamos. Por supuesto, y esto no tiene que ver con la piel, sino con la seguridad básica, nunca bajo ninguna circunstancia se debe dejar a un bebé sin supervisión en el baño ni por un minuto.
Podemos usar simplemente agua o añadir un poco de jabón hipoalergénico especial para bebés, limpiando con especial cuidado los pliegues de la piel en las piernas, la zona que queda expuesta a heces y orines y también la zona entre los dedos de las manos y los pies. Podemos usar una esponjita para bebés, un paño de algodón muy suave o simplemente la mano.
A la hora del secado lo mejor es sacar al pequeño envuelto en una toalla de algodón, limpia, suave, nueva y lavada sin detergentes abrasivos ni suavizante. Son muy aconsejables las toallitas que vienen con capucha, pues con ellas evitamos enfriamientos y el susto que se llevan algunos pequeños con los cambios bruscos de temperatura o la desnudez. Debemos secarlo muy suavemente, sin frotar y poniendo atención a las partes del cuerpo que tengan pliegues donde se podría quedar humedad. Si le queremos poner cremas o aceites deben ser naturales y especiales para la piel del bebé, no ponerlas en exceso.
El pañal.
Para evitar irritar su piel es conveniente usar pañales de su talla y no ponerlos demasiado apretados. La manera de confirmarlo es observar si dejan marcas en la piel de los muslos. Además tampoco tenemos que ponerles ropa demadiado justa en esa zona para que no comprima el pañal contra la piel.
Hay que cambiarlos en cuanto nos demos cuenta de que ha hecho caca o pipí, sin dejar que estos elementos, aunque se trate de un pañal muy absorvente, queden en contacto con su cuerpo. Merece la pena esa atención y es sencillo reconocer los gestos que de un bebé que hace sus necesidades. Durante la noche también suele ser necesario hacer cambios de pañal, aunque sea cansado, sobre todo al principio, cuando suelen hacer sus necesidades inmediatamente después de una toma. Con un poco de práctica es posible acoplarse y que no se despierten demasiado con la operación.
La ropa
La ropita del bebé es sencilla aunque al comienzo nos parezca toda una ciencia. Los vestidos complicados sobran excepto en momentos muy especiales. Nos hará la vida mucho más fácil tener mucha ropa intercambiable, de algodón orgánico, de colores claros y que se pueda poner y quitar sin muchos problemas. ´
Una buena costumbre es mirar bien las etiquetas, eligiendo ropa de algodón natural, preferiblemente orgánico, que es transpirable y no lleva añadidos de fibras sintéticas. Hay que cortar bien las etiquetas antes de ponerle la ropita al niño, pues su roce puede irritar su piel y hasta hacerles rapaduras.
Es importante lavar la ropa antes de ponérsela por primera vez y hacerlo siempre con jabones naturales, diseñados para su piel y no usar suavizantes. Las nueces de lavado, que son naturales completamente, son una opción muy aconsejable, ya que evitan cualquier tipo de alergia a los químicos.
El frío, el viento y el sol
Salir de paseo es muy conveniente para los bebés, y habría que intentar, si no están malitos o nos lo ha desaconsejado el médico por algún problema, salir a diario para que le de el aire pero teniendo cuidado con los elementos atmosféricos más agresivos: frío, viento y sol.
Que el bebé reciba luz solar ayuda a su organismo, proporcionándole vitamina D, pero no le puede dar el sol directo en los ojos ni exponerlo a los rayos directos, especialmente en verano y en general, protegerlo del calor. En invierno debemos protegerlo del viento y el frío, que también pueden irritar la delicada piel de su cara, por lo que debemos llevarlo en un porta bebés adecuado o usar la capota del cochecito si hace mucho viento.
Cuidar la sensible piel del bebé
Con estos cuidados básicos podemos prevenir irritaciones y cuidar adecuadamente la delicada piel de nuestro bebé, que seguro que nos agradecerá estas atencíones, pues la piel es la primera defensa contra las agresiones, las infecciones y tenerla en buenas condiciones es imprescindible para proporcionarle el necesario bienestar.
Si necesitas más información, pregunta en tu farmacia.